lunes, 20 de agosto de 2012

TENER UN PERRO POR LAS RAZONES INCORRECTAS


TENER UN PERRO POR LAS RAZONES INCORRECTAS

Hoy en día adquirir un perro es muy fácil, se puede comprar, adoptar, los recibimos como regalo, los “recogemos” de la calle, llegan por si solos a la puerta de nuestro domicilio, etcétera. La llegada del nuevo integrante de la familia es un acontecimiento que en la mayoría de las ocasiones no pasa desapercibido y genera mucha atención, sin embargo no siempre este nuevo integrante está con nosotros por las razones adecuadas, y desde un inicio la relación empieza con un tinte negativo, lo cual más adelante genera problemas. Durante mis visitas a los domicilios de las personas que solicitan mis servicios siempre cuestiono el motivo por el cual tienen un perro y porque lo tienen de la raza que lo tienen. Las respuestas siempre van en un sentido de satisfacción unilateral, es decir, se satisface la necesidad humana de tener algo. He escuchado muchas respuestas como, porque me gusta la raza, porque no me gustan de tal tamaño, porque me lo reglo fulano, porque lo vi en tal programa o película y me gusto y más. Hasta ahí no tenemos más que adquisiciones un tanto entendibles, el problema comienza cuando se tiene un perro para llenar un vacío o para reemplazar la presencia de alguien más. En ocasiones me han respondido “Tengo a este perro porque el anterior se murió o se fue”, “lo tengo porque me divorcié”, “murió mi gato y ahora tengo un perro”, “lo tengo porque es el único que me entiende y aprecia”, “lo adopte porque todos necesitamos una madre”, “es el hijo que nunca tuve”. Muchos de estos comentarios además de ser desafortunados (tanto para el humano como para el perro) crean una relación muy aprensiva y dañina para el perro. El humano deposita toda su necesidad en el perro, y no permite que este tenga una vida adecuada ni que se desarrolle correctamente, en la mayoría de estos casos no existe la vida propia del animal ( ya sea porque constantemente se le compara con el perro anterior, o bien porque si le sucede algo el humano moriría…a palabras de ellos) entonces el perro no pasea, no sale de la recamar, no se le deja solo, no se le educa, no se le fijan limites, no se le permite socializar con otros perros, incluso no se le permite caminar pues anda cargado todo el tiempo. Está de más decir que el pobre can carece de toda vida, y por tanto es impensable que su comportamiento sea adecuado. Lamentablemente en muchos de estos casos el comportamiento es la omisión total y se confunde con tranquilidad y sumisión (Los comportamientos agresivos o ansioso son los únicos que alarman puesto que son los molestos para el humano), de tal suerte que al no presentar comportamientos molestos no se actúa en consecuencia, sin embargo el animal experimenta una ansiedad brutal que lo limita para cualquier actividad, es lo que se la enseñado, se le ha reforzado y premiado. La actitud de y los problemas de una persona pueden destruir al perro mentalmente. Si usted es de los que comparten este tipo de respuestas, le aconsejo que cambie la respuesta (y la actitud) a porque es el mejor perro del mundo, es el adecuado para mi, y conviértalo en algo positivo. En una ocasión se me cuestionó él porque tenía yo a Spike y mi respuesta fue “hace todo lo que yo haría si fuera perro, si yo fuera perro sería él” y bajo ese precepto vivo con mis perros, en la inteligencia de que ellos son perros y deben de hacer lo que los perros hacen y les gusta además. Pregúntese cuando hagan algo con sus perros, ¿Si yo fuera perro porque me gustaría que me tuvieran?, ¿Qué me gustaría que hicieran por mí?, ¿Cómo me gustaría que me valorarán y trataran?. A nadie le gusta que lo traten como perro, así como a ningún perro le gusta que lo traten como humano, y a nadie le gusta ser tratado o aceptado por las razones incorrectas.
Rodrigo Salazar Touché

jueves, 19 de julio de 2012

La importancia del paseo



Salir de paseo y salir a ejercitarse, implican beneficios máximos para el perro. Por un lado la actividad física permite el desarrollo muscular y óseo en el perro, reduce los niveles de estrés al disminuir los niveles de cortisol en la sangre, aumenta los niveles de oxcitocina en el perro. Salir a pasear para el perro puede significar muchas actividades en una sola. Por un lado esta la actividad impregnada en su ADN que es la cacería, puede tratarse también de una migración de un sitio a otro. Significa también la posibilidad de “dejar su huella” (FEROMONAS) en determinados sitios ya sea para atraer hembras o machos o bien para marcar el territorio. Al salir a pasear el perro se ubica perfectamente en donde se encuentra y marca coordinadamente ciertas zonas, como estableciendo una especie de coordenadas que en determinado momento le servirán para regresar a la casa. El paseo también le permite al perro desarrollar su capacidad olfativa, lo cual lo ayudará a desarrollar mejor este sentido. El perro huele, cataloga, discrimina, aprende y registra. Este proceso lo ayuda a concentrarse y drenar el estrés y aburrimiento de la vida diaria. El paseo debe ser dividido en ejercicio físico y en esparcimiento y diversión.


Rodrigo Salazar T.

viernes, 25 de mayo de 2012

LA DOMINANCIA Y EL CASTIGO




Hoy en día en el círculo académico de etología y de entrenadores preparados y profesionales, está muy en boga, el método de educación o entrenamiento en positivo. Esto es instaurar en el perro determinadas órdenes o comportamientos ante los cuales se produce una recompensa o un premio. Por otro lado nos encontramos también con aquellos que defienden la tesis del castigo como modo de entrenamiento, y aquellos que, ignorantes del tema, suponen que todo comportamiento del perro se debe a una sola causa: la dominancia. Cuando nos topamos con algún perro desde el punto de vista de paciente (Consulta etológica) o bien de alumno (Adiestramiento), primero debemos de hacer un análisis exhaustivo del perro, de su entorno, de sus años de cachorro y juveniles, su historial clínico, así como de su relación con el humano y con otros de su especie. De esta manera nos formamos un panorama mucho más amplio del individuo que tenemos enfrente. Pensar que todos los perros son lo mismo, es un gran error, hay generalidades claro está, pero también hay individualidades. Entre los factores que podemos observar será el tipo de individuo con el que próximamente vamos a trabajar, si es un individuo miedoso, agresivo, juguetón, o bien si su nivel de tolerancia es alta, si se frustra rápidamente, si titubea o es seguro de sí mismo, entre otros.
En base a este conocimiento (por supuesto se escribe mas fácil de lo que es) podemos planear el tipo de tratamiento que vamos a seguir o bien del entrenamiento que vamos a aplicar, esta es la manera correcta, profesional y ética de hacerlo, según mi opinión. De la misma manera en la que un niño se opondrá a asistir a la escuela si en ella encuentra violencia o malos tratos de la misma manera el perro evadirá las sesiones de entrenamiento si en ellas encuentra castigos, (patadas en un costado, golpes entre las costillas, alpha roll over, sujeciones entre las mandíbulas, jalones de correa indiscriminados, espray con agua o vinagre, confrontaciones, etcétera) de tal suerte, que lejos de adiestrar o tranquilizar al perro, lo estaremos llevando a un terreno donde la agresividad se incrementa, de la misma manera en la que las personas golpeadas o violentadas repetidamente tienden más a la agresividad. Las facultades de Veterinaria y Psicología de la Universidad de Pensilvania, comprobaron que el uso de métodos aversivos y violentos durante el entrenamiento, incrementa considerablemente la agresividad. El perro responde de manera negativa ante métodos negativos.
Entonces ¿Cómo debo de corregir a mi perro? Las correcciones siempre se deben de hacer en proporción a la falta cometida del perro (es muy importante saber cuando realmente es un comportamiento negativo) y de manera siempre autoritaria pero tranquila. Es fundamental siempre dejar en claro que es lo que puede hacer y que no puede hacer, cuando el perro haga algo bueno tendrá una recompensa, cuando haga algo no tan bueno o malo, recibirá un NO, será separado del grupo durante un tiempo, se detendrá toda actividad con él, entre otras. Pero lo más importante es que nuestra autoridad sea inquebrantable y coherente sobre todo, no podemos ser comodines, “un día hago esto y otro día hago lo otro”, improvisar en la educación y en el entrenamiento es la peor estrategia, independientemente que es una bomba de tiempo.   
Ahora bien respecto a la dominancia, he escuchado mucho los términos “si entra primero que tu es dominante, si camina delante de ti es dominante, si gruñe, ladra, muerde, marca, duerme, despierta, respira, come, es dominante….” Por supuesto este análisis además de equivocado, muestra una supina ignorancia en el comportamiento canino. Predispone al humano a una relación donde el conflicto físico y emocional con el perro se vuelve una constante. No digo que el perro no debe de ser jerarquizado desde el primer día que está con nosotros, pero la implementación de la autoridad y el famoso liderazgo nada tiene que ver con patadas, sonidos y posturas amenazadoras o bien desafiantes. Lejos de lo que se cree los individuos dominantes, los “líderes”, son tranquilos, seguros de sí mismos, autoritarios e imponentes. Las diferentes conductas “anormales” que se observan en un perro, no necesariamente están ligadas a una debilidad por parte del humano y a una supuesta superioridad por parte del can. Existen muchos factores que pueden provocar la aparición de problemas de conducta en el perro, pensar que el génesis de todos ellos es debido a la dominancia, es tan erróneo como afirmar que todos los humanos lloramos por las mismas causas o motivos.
Por último propongo a todos los dueños de perros que eduquen correctamente a sus mejores amigos, siempre bajo la línea del respeto, la autoridad serena, y la coherencia tanto en el trato como en las órdenes y reglas. Que en caso de tener problemas en casa se acerquen a verdaderos profesionales en comportamiento y conducta canina. Si queremos ser los verdaderos líderes debemos de predicar con el ejemplo, un ser humano que pega, patea, jalonea y pelea…es un individuo inestable, y a quien no vale la pena seguir.

RODRIGO SALAZAR T.

viernes, 27 de abril de 2012

EL PERRO Y LOS NIÑOS.


EL PERRO Y LOS NIÑOS.

Una de las relaciones que más contrastes tienen, son la de los niños y los perros. Todos conocemos hermosas historias de perros que aman a sus amos-niños, que los cuidan, que no se separan de ellos. Conocemos muchos niños que aman a sus perros y harían cualquier cosa por ellos, vaya que lo sé, yo fui un niño de esos. Sin embargo la moneda también tiene otra cara y también hemos escuchado tristes historias de niños mordidos y atacados por perros, de niños que después de molestar al perro fueron agredidos, y de niños que maltrataban al perro al amparo e indiferencia de sus padres.  En Estados Unidos la mayor cantidad de casos sobre reportes de mordidas son a niños, se calcula que al año son mordidos 2 millones de personas, la mayoría de estos son infantes solo. Debemos de preguntarnos el porqué de estas reacciones.
El perro se comunica con el humano básicamente a través del lenguaje corporal, de esta manera ellos pueden conocer perfectamente nuestras intenciones para con ellos, saben si un adulto humano es hombre o mujer (macho o hembra), ya que el olor de testosterona o progesterona es fácilmente detectado por sus agudos olfatos.  Entonces qué pasa con los niños, en que categoría entran ellos, ya que no huelen aun a feromonas ni masculinas ni femeninas, su lenguaje corporal es errático y todas las señales que envían son confusas, su comportamiento es inestable, gritan, corren, brincan, y hacen lo que cualquier niño hace. Evidentemente el perro no se siente, por lo menos en un principio, del todo confiado ante la presencia del niño, no sabe si lo va a lastimar, o si se aproxima a darle una caricia o le caerá encima o lo pisará, etcétera.
Si tenemos un perro que en su período de socialización no convivio mucho con niños pues este comportamiento se convierte en un peligro latente, y por tanto, los únicos que podemos hacer algo para que ese peligro desaparezca somos nosotros los adultos, con nuestra superioridad mental y como especie dominante, debemos de poner un orden y unas reglas de juego en la nueva relación que se está desarrollando entre el niño y el perro.
Es fundamental marcar los límites de la convivencia, ni al perro le permitimos ciertas conductas con el niño, ni tampoco le permitimos al niño que haga lo que desee con el perro. Debemos de enseñar a nuestros niños el respeto hacia los animales, es importante dejarles en claro que no se trata de un juguete, que es un ser vivo que siente, piensa y actúa. Podemos comenzar con nuestros hijos a enseñarles que tener un perro se trata de responsabilidad ya que hay que alimentarlo diario, bañarlo continuamente, cuidarlo, pasearlo, le enseñamos a ser respetuoso del animal, permitiéndole descansar mientras duerme o se canse del juego, dejarlo comer tranquilo, a no jalarle la cola ni hacer nada que pueda lastimarlo. Debemos de enseñarle a los niños a que “entrenen a los perros”, que el niño también emita ordenes y comandos y que lo premie con comida, juego o caricias cuando el perro obedezca.
La relación de perro-niño puede ser una de las mejores experiencias en la vida de un niño, es trascendental en el sentido de desarrollo humano y psicológico, sin mencionar que seguramente tendremos a un nuevo amante de por vida de los canidos u otros animal.  En un mundo que glorifica las cosas materiales, es necesario retomar estos valores de amor y respeto por la naturaleza y la enseñanza comienza en casa, con la familia, con uno mismo. Una mala experiencia con un perro puede significar un gran problema en la vida del niño, un miedo, un trauma y una animadversión por la especie. Hay que tener mucho cuidado. Siempre debemos de supervisar la relación, separa las especies, esto es el niño es integrante de la familia humana y por lo tanto deberá de tener una mayor jerarquía sobre el perro, y para ello el perro no podrá hacer lo que se le antoje, no deberá dormir en la cama con el niño, ni comer mientras el come, y demás. Hay que hacer que las normas y las reglas se respeten en todo momento, tanto para el perro como para el niño.

RODRIGO SALAZAR T.

viernes, 13 de abril de 2012

Sirvamos Bien


Sirvamos Bien
De entrada me parecen muy loables, respetables e inspiradoras todas aquellas personas que se dedican a la protección, cuidado, rescate y demás de cualquier animal, llámese perro, gato, tortuga o gavilán. El simple hecho de invertir tiempo para preservar el bienestar de una especie o bien de un sólo individuo, denota ya una conciencia suprema que deberíamos tener todos. Sin embargo, para que los esfuerzos invertidos sean positivos y se traduzcan no sólo en la mejora física del animal si no en su bienestar psicológico, es necesario tener en cuenta que lo que le sirve a un humano para ser rehabilitado, no es lo mismo que le servirá a otra especie, en este caso, al perro.
En muchas estancias caninas, albergues y refugios, encontramos gente que se encuentra ahí por su infinito amor a los animales. En ocasiones he escuchado de algunas personas comentarios como “Estoy aquí porque los perros son lo mejor en el mundo”; “Con ellos recibo lo que ni mi propia familia puede proporcionarme”; “Me encantaría ser perro y no humano”; “Soy más sensible a las adversidades de los perros que a la de los propios humanos”, etc. En efecto, esta gente hace muchas veces trabajos que la mayoría de las personas, aún presentándose como amantes de los animales, no quiere hacer.
Vamos, no es fácil sanar a un perro con sarna, o cambiar los vendajes a un perro de cincuenta kilos que no se deja tocar. No es fácil atender a un perro quemado arbitrariamente, o rescatar a un animal herido por el golpe de un automóvil en la mitad de una carretera. No es fácil cerrar la puerta y regresar al día siguiente, no es fácil decidir en muchos casos que la mejor opción es la eutanasia. Sin embargo, lejos de lo que se cree, no siempre el afecto es lo que necesita un perro para rehabilitarse, ni es lo que nos va a ayudar a sacarlo adelante. De hecho la experiencia me ha enseñado que un perro con severos problemas psicológicos, no debe ser rehabilitado con caricias, ya que esto en ocasiones, lejos de ayudar, perjudica.
Sabemos que para el perro las caricias y los arrumacos son representados como premios o “recompensas” de lo que están haciendo, por lo tanto, si premiamos un mal estado mental, lo estaremos reforzando y en vez de ayudar estaremos perjudicando. En ocasiones cedemos ante el egoísmo de darle al perro lo que a nosotros en su condición nos gustaría recibir. No hay nada más erróneo y perjudicial, puesto que somos dos especies distintas.
Todos los que trabajamos con perros, tenemos la obligación de estar informados sobre los comportamientos y conductas del animal, para poder interpretar correctamente lo que nos está tratando de comunicar y así conocer sus necesidades. Es la única manera en la que realmente vamos a poder ayudarlo de manera efectiva.
El perro del refugio viene con una larga historia, muchas veces de abandono, maltrato y violencia, o por problemas de conducta, entre otros. Quizá esos problemas de conducta fueron los que lo llevaron a terminar en un albergue, separado y abandonado por sus dueños, que se sintieron amenazados o frustrados por la conducta del que suponían sería su mejor amigo.
La función principal de los refugios caninos es poner a todos los ejemplares posibles en adopción. Para ello invierten la mayor parte de sus recursos y esfuerzos. Sin embargo, si un perro no es atendido correctamente por la gente encargada, es casi seguro que se repita la historia y el perro sea regresado por mal comportamiento o bien abandonado de nuevo. Por lo tanto, debemos hacer todo lo posible para romper con ese círculo vicioso y entender que lo que nos funcionaría a nosotros no necesariamente les funciona a ellos.
Todos los refugios y albergues que tratan con perros “no deseados” tienen un trabajo muy complicado, ya que, en buena medida, de ellos depende que la historia se deje de repetir. Para ello deben prepararse y capacitarse en el tema. Lamentablemente las buenas intenciones, el buen corazón y el amor no siempre son suficientes.
Rodrigo Salazar T.

lunes, 2 de abril de 2012

Buda

BUDA

Esta muy chico ese cachorro, aun debería de estar con su camada y su madre! Fueron las primeras palabras que pronuncie a los oídos de mis sobrinos cuando entre brazos me traían a un lindo cachorro American Staffordshire Terrier, acto seguido voltee a ver a los adultos que me rodeaban y dije, ¿Están seguros de lo que están haciendo? Si porque fue la respuesta a coro que recibí, un amstaff no es cualquier perro continúe, mucho menos para un par de adolescentes ausentes en todo tipo de responsabilidades o de actos de conciencia y responsabilidad. Dos meses después el cachorro que en ese entonces tenía el nombre de Rayso, cayó en mis manos en adopción, finalmente el argumento fue el que yo había profetizado meses antes, no es cualquier perro. Lo primero que hice al recibir al cachorro en mi casa fue, obviamente cambiarle el nombre y junto con mi esposa decidimos ponerle un nombre que fuera de acuerdo con el comportamiento que quisiéramos que tuviera…Buda, fue la mejor opción. Desde los primeros días supe que tenía que hacer, puesto que el pequeño cachorro era un animal activo y juguetón. Hay que jerarquizarlo correctamente, así que obligue a mi esposa y a quienes estuvieran cerca constantemente de él a que lo tratarán con disciplina y con autoridad, que le dieran de comer en la mano por lo menos las primeras dos semanas, por increíble que pareciera el cachorro se comportaba de una manera muy diferente a todo lo que me habían contado de él, por supuesto que eso no me extrañó ni era la primera vez que me sucedía.
Al poco tiempo que adopte al cachorro de patas anchas y de 13 kilos de peso a sus 3 cortos meses, Salí de viaje durante 15 días, nunca me preocupo tanto dejarlo por ese tiempo, pues iba a estar con un tutor y maestro el cual lo iba a introducir a comportarse como la familia ordena y manda, le iba a enseñar a respetar los límites marcados y también a comportarse como todo un guardián del recinto familiar. El primer contacto con su futuro maestro fue abrumador para Buda, Spike lo recibió como solo un perro fuerte y dominante lo haría, firme ante él, cola levantada con ligeros movimientos hacia la izquierda y circulares, signo de emoción y alegría, se ocupo de olfatearle hasta la ultima célula de su cuerpo, Buda expectante, con la frente fruncida como normalmente hace en situaciones agobiantes, un pequeño gemido de vez en cuando me indicaban que el cachorro aún seguía vivo, no obstante la situación regreso a la tranquilidad a los 5 minutos cuando Buda, el pequeño cachorro, extraño en un territorio, en presencia del señor feudal del jardín, de un brinco juguetón y por demás tosco, agarro la oreja de Spike y la lección comenzó en ese momento….El avión finalmente aterrizó y los nervios y emoción nos consumían tanto a mi mujer como a mí, como estarán, que tanto habrá crecido, etc. Nos encontramos con un cachorro gigantesco, que era un imitación de los principales comportamientos de Spike…fabuloso me dije a mi mismo, ya está hecho.
Ciertamente tener una raza tan fuerte como Buda, requiere de un compromiso mayor y de una dedicación especial, hoy aquel cachorro es ya un joven que pisa la adultez y que su comportamiento es fuerte y confiado. Su nivel de aprendizaje es sorprendente y es un pillo, en ocasiones cuando regreso y observo como al verme tira las orejas para atrás, frunce la frente y mete la cola entre las patas, se perfectamente que es una señal inequívoca de que ha realizado una trastada en mi ausencia, y en efecto, ha sido el depredador más eficaz de mis plantas y flores, y claro pienso yo, no puedo exigirle todo a un ser que aún no llega ni a los 8 meses de vida, demasiado ya sabe para lo poco que ha vivido y aún faltas mas trastadas que tendrá que hacer, pues no hay otra forma de aprender. Lo cierto es que ese cachorrito que actualmente es una maquina de músculos que pesa 24 kilos, ha sido una alegría más en mi vida perruna.

Rodrigo Salazar T




                                                                                  

viernes, 23 de marzo de 2012

HUMANIZAR AL PERRO


HUMANIZAR AL PERRO

Cierto es que el perro es la especie animal que mejor se comunica y convive con el humano, hay registro de que una hembra Border Collie de nombre “Chaser “ ella puede entender  a la perfección y sin equivocaciones 1022 palabras, también se ha comprobado científicamente que el estar cerca de un perro o bien acariciarlo, reduce los niveles de cortisol en la sangre, disminuye el ritmo cardiaco y aumenta los neurotransmisores de bienestar, se ha comprobado que la simple compañía de un perro tiene beneficios increíbles para personas mayores o para niños autistas por ejemplo. Sin embargo en los últimos años se ha tendido a creer que el perro es un humano en el disfraz o en el cuerpo de un canis familiaris, este grado de absoluta soberbia y de egocentrismo insultante, no hace más que despertar en mi los pensamientos y sentimientos más negativos respecto de la raza humana. Pareciera que el postulado es el siguiente, si es bueno, inteligente y cariñoso debe de ser humano, imposible que se trate de otra especie. Por supuesto esta creencia además de ser falsa resulta por demás errónea y no se trata de un postulado realizado por pocas personas, todo lo contrario. Pero ¿Porqué humanizar a un perro? Alguna vez alguien ha escuchado comúnmente a personas que tienen peceras decir: “Mira vez ese pez, es un Amphiprion bicolor”, se comporta como si fuera mi hijo y yo su padre”. No creo que sea un argumento muy común. Luego entonces ¿Porqué a el perro si se tiende a humanizar?, no existe en la historia del hombre ningún animal que haya compartido tanto con él como el perro, por lo tanto desde que el perro comenzó a ocupar un “espacio” en las casas y en las familias se comenzó a intimar como si se tratara de un hijo, un hermano, un esposo, una madre, etc.  Muchas personas quieren llenar un vacío con la presencia de un perro,  “mientras el perro me de lo que yo necesito seré feliz”, obvio no importa que el animal la pase aburrido todo el día, o que sufra de ansiedad, miedo, etc. En múltiples ocasiones escucho a personas referirse a sus perros como “Mis hijos”, y rápidamente me percató que el perro esta un tanto afectado, y claro, como no, no lo están tratando como un individuo de su especie, es tan absurdo como tratar a un león como si fuera un tiburón, o como tratar a una jirafa como si fuera un escarabajo. No hay muchas formulas para tratar al mejor amigo del hombre, solo darle lo que el perro necesita, no se puede ir en contra de la armonía ni de su naturaleza. He pasado horas increíbles intentando explicar a algunas personas el porqué su perro no es un humano que se encuentra atrapado en un perro, me llama mucho la atención como en ocasiones la noticia o la afirmación “tu perro no es tu hijo” por ejemplo, es desgarradora para algunos. Es desgarrador ver como la humanización en perros es tan lastimera y cruel, el animal no está ahí, más que para llenar un “espacio”, y su vida y sus satisfacciones como animal, son de segunda importancia o en ocasiones de tercera. Hay gente que ha gastado miles de pesos y dólares en artículos superfluos como ropa o zapatos para su perro, pero en su vida se ha dado a la tarea de sacarlo a pasear, o educar.  Debemos de ayudar a nuestros perros a que se realicen completamente, esa es nuestra tarea como líderes, buscar el bienestar de nuestra manada. Ellos nos dan todo, y ahora nos toca a nosotros regresar el favor, cargamos una deuda milenaria con su especie. Comencemos hoy!
Rodrigo Salazar T.

lunes, 12 de marzo de 2012

Detrás del estándar Racial.



Detrás del estándar Racial.
Muchos hemos escuchado las famosas frases: “Este es un perro con pedigrí”, “Sus ascendientes fueron campeones”, “Me costó mucho dinero porque tiene todos los estándares raciales establecidos”. Pero, ¿Realmente los premiados estándares de raza o los campeonatos estéticos son lo mejor para el mejoramiento de la raza?, ¿En realidad esos perros son los más aptos para reproducirse?
Durante miles de años los perros que acompañaron al hombre en su conquista por el mundo, fueron perros no muy distintos a los lobos o bien a los perros mestizos tan despreciados hoy en día por la comunidad general. No fue sino hasta la insana y vanidosa época victoriana donde se comenzó a buscar en los animales de compañía “perfección” y belleza. Poco después se comenzó a cruzar a los perros con el fin de hacerlos más bellos, más perfectos, más pequeños o bien más grandes. Esta manipulación genética dio nacimiento al elitista club británico “Kennel Club”, del cual hoy en casi todos los países hay una representación o una afiliación.
Pero como siempre el hombre lleva a todo hasta sus últimas consecuencias y el paso siguiente a explotar fue la endogamia. Muchas enfermedades han aparecido en los perros en los últimos 100 años, sobra decir que la cruza entre consanguíneos es totalmente nocivo para cualquier mamífero, es una situación que entre humanos además de ilegal es casi impensable, pero que en criaderos y clubes de belleza canina es una constante diaria. Los estofados genéticos son cosa de todos los días, se crían perros bajo la premisa, perro bonito y campeón cruzado con perra bonita y campeona es igual a cachorros hermosos y campeones. Sin mayor fórmula o preparación que esta tan limitada premisa. Por supuesto los efectos de cruzar congéneres salen a la luz en la salud de los perros. La terrible y dolorosa siringomielia mayormente en los perros Cavalier King Charles Spaniel, la epilepsia muy común en todas las razas, la displasia de cadera en perros de talla grande, el hipotiroidismo congénito, problemas cardíacos, entre otras dolorosas enfermedades todas ellas transmitidas de generación en generación y sin ninguna regulación. Cada raza tiene sus propios problemas de salud, unos menores pero otros no, labradores con sus problemas articulares y oculares, los Springer Spaniel y sus insuficiencias enzimáticas, las brutales alergias de los West Higland White terrier, son un indicativo de que sin duda algo no está saliendo bien, hoy en día se conocen 500 enfermedades genéticas en los perros, y con una alta tasa de afectación. Es increíble como en muchos países es penado incluso con la cárcel el maltrato a un perro, pero la cría irresponsable de ellos no tiene mayor regulación. Se puede aceptar y sin conceder que muchos de estos problemas fueron sin intención, pero que pasa cuando en algunas razas, el problema congéinto o la deformación física es exigido como un estándar obligatorio para la exposición en un concurso de belleza. ¿Increíble verdad? pues sí, tomemos el caso de los Rodhesianos Ridgeback, manipulados desde hace años, algunos de ellos tienen una cresta en la espalda que es prácticamente inútil, y que es muy propensa a presentar problemas dorsales como la espina bífida con todas las implicaciones de salud que puede tener. Sin embrago el estándar racial del “Kennel Club”, la exige como un requisito indispensable y un rasgo básico de esta raza. Afortunadamente la mayoría nace sin esta cresta, por lo que para algunos criadores y veterinarios irresponsables y criminales es necesario poner a dormir a aquellos individuos que no cumplan con las normas estéticas requeridas. Es decir, matar a los individuos sanos para dejar solo individuos “perfectos”. El libro de estándar racial del “Kennnel Club” así lo sugiere. Increíblemente en el cotizado evento “Crufts el perro del año” han sido en ocasiones galardonados perros con problemas de salud gravísimos.
La selección natural ha sido devastada por el hombre, y los efectos de este cóctel genético los observamos todos los días. Es necesario regular estas actividades, detener el uso indiscriminado de la endogamia en criaderos y promover más eventos caninos que tengan que ver con deporte, obediencia, espectáculo, agility, etc. Solo las hembras están capacitadas para decidir que macho dentro de una manada es el campeón, el más apto, el genéticamente más idóneo, los humanos de eso no sabemos nada o muy poco.
En lo personal no estoy a favor de los eventos estéticos o en los estándares raciales, no me gusta tampoco la forma en la que muchos criaderos manejan a los animales y a sus crías otros si me parecen muy buenos y serios. No estoy en desacuerdo con la cruza de animales siempre y cuando sean animales sanos y que no sean parientes y no sean tratados como objetos comerciales, y estoy a favor de la visión de que el perro es un ser inmejorable, dotados de muchas virtudes y ningún defecto como lo es la naturaleza en si. Esas virtudes las poseen todos los perros del planeta.

Rodrigo Salazar T. 

lunes, 27 de febrero de 2012

Necesidades alimenticias en los perros




Necesidades alimenticias en los perros

Una de las grades incógnitas con las que nos topamos cuando adquirimos un perro, es ¿Qué debo darle de comer? Sobre este tópico se ha hablado y discutido mucho. Sobre todo esta la gran discusión CARNE VS CROQUETAS. Entonces ¿Qué debe comer nuestro perro?. Las necesidades alimenticias del perro como especie depredadora que es, ha cambiado en los últimos 16 mil años debido a su diaria convivencia con el humano. Ha cambiado de ser un carnívoro para ser un omnívoro. Es erróneo analizar al perro desde la perspectiva del animal en libertad, puesto que no lo está y sus necesidades alimenticias han cambiado por esta situación. La alimentación de nuestro perro va a estar determinada en gran parte al tipo de vida que queramos darle, es decir, no es la misma alimentación de un perro de deporte que la de un perro de departamento. Así como no lo seria tampoco para una persona promedio que para un deportista de alto rendimiento. Bajo la premisa que la comida es energía, y la energía la necesita el perro para producir calor corporal, para la actividad corporal, crecimiento, etcétera podremos saber cuáles son los requerimientos energéticos que necesita nuestro perro.
El perro necesita comer proteínas y aminoácidos, grasas, carbohidratos, minerales, y vitaminas. Ante estas exigencias podemos escoger dos caminos, el camino de la croqueta o el camino de la ración confeccionada. Es importante señalar que no todas las marcas de croquetas cumplen bien con estas exigencias y por lo tanto se presenta un déficit en alguno de los requerimientos nutricionales. Para aquellos que gustan de cocinar y de brindar una comida mucho más apetecible y palatable para su perro seguro pueden confeccionar su ración; para aquellos que no desean complicaciones en este tema, es conveniente que se decidan por las croquetas. Realmente los perros llevan poco tiempo comiendo croquetas, y muchos años comiendo otras cosas, así que es un mito que los perros solo deban comer croquetas, nada más alejado de la realidad. Mientras el perro obtenga de sus alimentos lo necesario para llevar una dieta balanceada y saludable no tendrá mayor problema, y bueno si además su comida es rica y apetitosa para él, seguro sabrá agradecerlo de muchas maneras. Es decisión de cada uno. Lo que no se debe hacer es cambiarle la dieta constantemente puesto que le provocaremos un desorden digestivo y diarreas, si queremos introducir algo nuevo tendrá que hacerse paulatinamente.
Buen provecho !!!!

Rodrigo Salazar T. 

jueves, 16 de febrero de 2012


Hice este Blog con la intención de escribirles a todos aquellos interesados en el bienestar de sus perros sobre muchos temas que nos ayudan a tener una visión mas amplia y objetiva de lo que son los perros y de cómo nuestra convivencia con ellos los influye.
¡Bienvenidos!