lunes, 7 de diciembre de 2015

El poder del perro


El perro y el ser humano llevan más de 15 mil años juntos. Esta relación maravillosa ha trascendido en la naturaleza como la relación de colectividad, mutua conveniencia, compañía y afecto por excelencia. Todos los que hemos tenido un perro, sabemos lo que ha aportado a nuestras vidas. Todos los perros que he tenido y tengo, me han marcado de una manera especial, recuerdo que cuando recién había fallecido mi compañero de años Spike, en mis momentos de reflexión analizaba todo lo bueno que había traído a mi esta relación. Fue el perro con el que me convertí en un especialista en comportamiento canino, era aquel perro el que me esperaba pacientemente en la casa después de regresar de dar consultas y diagnósticos de perros ajenos con algún problema de comportamiento. Me acompañó a eventos, seminarios e incluso a una que otra consulta. Por querer saber más de él, aprendí mucho de los perros en general, y también aprendí mucho, incluso de mí. Era increíble como un perro, a través de su amo había dejado su huella en este mundo.
Comencé a imaginarme eventos, situaciones, personajes e incluso investigaciones científicas, que pudieron haber sido originadas por una situación similar. Cuantas cosas que nos rodean hoy en día, pudieron haberse originado, por el amor de un humano hacia su mejor amigo.
Los perros son seres maravillosos, rodeados de una especial sensibilidad y percepción por las cosas del ser humano. Nadie nos conoce mejor que ellos, son especialistas en leernos e interpretarnos. Una de las mayores virtudes del perro, es la empatía. Recuerdo en una ocasión visité una familia, que me llamó porque el perro, un bóxer blanco de edad joven, presentaba un grave caso de ansiedad. Al momento de hacer la consulta los familiares me informaron del reciente fallecimiento de un miembro de la familia, el cual era el más apegado al perro. Mi diagnostico no arrojó nada grave, pero si un profundo estado de ansiedad y frustración, por lo que comencé junto con mi equipo a trabajar con el perro, durante una semana, el perro cooperó de manera adecuada, aunque estaba bastante desanimado. Inexplicablemente a la semana siguiente, me llamaron para suspender las sesiones ya que el perro había fallecido. Sin mayores síntomas, simplemente de un aguda tristeza. No era la primera vez que me sucedía algo similar, meses antes, consultando a una familia que tenía un problema con un coker, me contaba que habían tenido un rottweiler que falleció justamente a la semana de haber fallecido un miembro de la familia. Nunca pudieron darle una explicación satisfactoria de la causa de la muerte, pero que, a opinión de la familia, el perro había muerto de depresión.
Recuerdo que en una ocasión alguien me escribió para contarme, que el hermano sufría de una especie de deficiencia cardiaca que provocaba espasmos  y ataques, y que hacia unas cuantas semanas que el perro, un chihuahua, comenzaba a realizar los mismos espasmos o ataques, minutos antes que le sucediera.  
Por otro lado, he recibido llamadas de clientes alarmados porque el perro comienza a comportarse de manera muy extraña y que justamente les preocupa mucho ya que está por nacer el bebé.

Trabajar con perros, es sumergirse en un mundo de cordialidad y de realidades paralelas, de eventos ulteriores, donde todo tiene un significado y las cosas pasan y se dan por una causa. Es un mundo donde la comunicación es fluida y sincera, sin egos ni prejuicios, no hay ideas preconcebidas, simplemente el deseo de entender y ser entendido. He conocido a  muchos perros en mí andar, nunca me he aburrido, ni nunca, ha sido rutinario un día de trabajo. Me esfuerzo constantemente para encontrar nuevas respuestas a preguntas, para concientizar del enorme poder e influencia que puede tener un perro en la vida de una persona. Hay una mística ahí, hay un poder especial que no podemos negar. El ser humano durante esos 15 mil años se ha alejado mucho de lo que alguna vez fueron sus ancestros. De aquellos humanos que habitaban la madre tierra, a la cual respetaban y rendían culto. Pero el perro no, el perro ha seguido fiel, y eso, entre otras cosas debemos de imitar y aprender. 

Rodrigo Salazar T.
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