lunes, 15 de febrero de 2016

Recordando a Spike...Cuando nuestros perros se van!

Esquilo, una vez escribió,”Incluso en nuestros sueños hay dolores que no se pueden olvidar, caen gota a gota sobre el corazón, hasta que, en nuestra propia desesperación, en contra de nuestra voluntad, viene la sabiduría por la terrible gracia de Dios”. Yo sé, o mejor dicho quiero creer, que cada momento en la vida tiene una razón de ser, aunque muchas veces parezca oculto, o que pasemos mucho tiempo ignorándolo, pero por cada hecho, cada acto, subyace una intención. Hay una ciencia de la vida y hay una ciencia de la muerte, decía Séneca, posee ambas quien hace de su muerte, como hizo de su vida, un sendero de libertad. La vida de mi querido Spike, me marcó por completo, él fue el gran detonante para que yo fijara mi interés en los perros, el hecho de querer saber más acerca de él me hizo saber más acerca de otros, de mi incluso. Hoy en día trabajo con perros, todos los días conozco a nuevos perros y nuevas personas que quieren llevar su relación a mejores puertos. Al puerto donde me encontraba yo con Spike, al de la amistad y la felicidad sin barreras. Hoy en día he trabajo con más de 200 perros, he salvado algunos casos graves, pero todo se lo debo a Spike, porque sin él no hubiera sido posible nada de esto. Cuando Dios creó la naturaleza, debió de tener razones inescrutables para asignarle al perro una vida 5 veces más corta que la de su amo, escribió Konrad Lorenz, esa razón inescrutable, yo no la entiendo, y hoy me desgarra el corazón. Miro al cielo, y deseo que mi gran amigo, este ahí, cuidando de nosotros, y esperando nuestro reencuentro, en verdad deseo eso. Mientras tanto, seguiré su legado, y me mantendré resignado a vivir esta vida que yo he decidió llevar, una vida de perros, con mas alegrías que tristezas, pero esta tristeza no es como las otras, esta es muy fuerte. Buda y Peque siguen aquí, ellos llevan su duelo a su manera, y es un consuelo, tenerlos. Pero yo se que una parte de mi se ha ido para siempre y que siempre recordaré a mi amado Spike, como un parteaguas en mi vida, me tocó en lo más profundo de mi ser. Gracias por todo querido amigo, gracias, te voy a extrañar, hasta el momento en el que ahora tú, acudas a buscarnos a nosotros. 
"Sucede que cada vez que pierdo un perro, se lleva un pedazo de mi corazón con él. Y cada perro que entra en mi vida me regala un trozo del suyo. Si logro vivir lo suficiente, todas las partes de mi corazón serán de perro y llegaré a ser tan generoso y bueno como lo son ellos".

Rodrigo salazar T.

viernes, 15 de enero de 2016

PERROS GRANDES & PERROS CHICOS


 Recientemente acudí a consultar a una familia que expresaba cierta preocupación por que su perro, (Un labrador chocolate de un año de edad y más de 30 kilos (estaba presentando comportamientos un tanto posesivos con algunos miembros de la familia. En especial con algunos de los niños y con la esposa.  Al llegar a la casa me percaté que en la misma vivía otro perro (nunca me hablaron de él, vaya ni lo mencionaron a ahora de hacer la cita) al pedir referencias del, la respuesta fue: “… bueno el es un caso perdido pero así lo queremos”.
Este quizá es uno de los comportamientos más dañinos que podemos tener con un perro, la indiferencia.  Por razones lógicas, los perros de tamaño mediano a grande, suelen ser los que representan el gran grueso de las consultas de Etología Clínica. Los propietarios se sienten más obligados a consultar con un especialista pues no saben cómo controlar al perro, o bien por qué el perro representa una amenaza.  Sin embargo, la misma atención o preocupación que genera un problema de comportamiento de un perro grande, debería de ocasionar el problema de conducta de un perro chico. El problema es que en muchos casos la familia decide atacar el problema desde una perspectiva simplista o bien egoísta. “Hay que corregir la conducta del perro puesto que es molesta para nosotros”, es una de las frases más comunes. Cuando un perro presenta un comportamiento anormal debemos de tener en consideración, que algo no anda bien en el perro, que él también se la está pasando mal, y que ese comportamiento es una forma de exteriorizar el problema. No solo por que sea molesto para nosotros, sino porque la salud física y mental del perro está comprometida. Sea chico o bien sea un perro grande.  
Pensar que el comportamiento de nuestro perro no tiene nada que ver con nosotros es un grave error. En muchos casos los problemas de comportamiento, malos hábitos, indisciplinas, entre otros, no solo son provocados por los dueños, si no reforzados y premiados de manera indirecta.
El perro es una animal, que siempre buscara la estabilidad y el equilibrio. Es parte de la naturaleza. No existe aquel perro que piense “…oh miren, me encanta ser el viejo gruñón de la calle.” O bien “…miren que bien, saben que conmigo no se juega porque yo no tengo humor para payasadas”.
Lamentablemente muchos perros chicos sufren de la falta de atención e interés de los propietarios para buscar su estabilidad. ¿Por qué la gente no entrena a los perros chicos?, ¿Por qué no vemos de manera regular perros de razas pequeñas en eventos de obediencia?, ¿Por qué es más fácil para muchos pensar que así vienen o ya no tienen remedio?

El comportamiento de nuestro perro en gran medida es responsabilidad nuestra, y debemos de educarlo en la inteligencia que lo que hagamos por su bienestar, tendrá también repercusiones favorables en nuestra relación e interacción con él. 
Si tenemos dos perros en casa de diferentes tamaños no hagamos las cosas distintas. Ambos merecen el mismo interés y la misma dedicación. Ellos se ven como canis familiaris....no tienen las etiquetas que nosotros les hemos puesto.

Rodrigo Salazar T.