Este quizá es uno de los comportamientos más dañinos
que podemos tener con un perro, la indiferencia. Por razones lógicas, los perros de tamaño mediano
a grande, suelen ser los que representan el gran grueso de las consultas de
Etología Clínica. Los propietarios se sienten más obligados a consultar con un
especialista pues no saben cómo controlar al perro, o bien por qué el perro representa
una amenaza. Sin embargo, la misma
atención o preocupación que genera un problema de comportamiento de un perro
grande, debería de ocasionar el problema de conducta de un perro chico. El
problema es que en muchos casos la familia decide atacar el problema desde una
perspectiva simplista o bien egoísta. “Hay que corregir la conducta del perro
puesto que es molesta para nosotros”, es una de las frases más comunes. Cuando
un perro presenta un comportamiento anormal debemos de tener en consideración,
que algo no anda bien en el perro, que él también se la está pasando mal, y que
ese comportamiento es una forma de exteriorizar el problema. No solo por que sea
molesto para nosotros, sino porque la salud física y mental del perro está
comprometida. Sea chico o bien sea un perro grande.
Pensar que el comportamiento de nuestro perro no
tiene nada que ver con nosotros es un grave error. En muchos casos los
problemas de comportamiento, malos hábitos, indisciplinas, entre otros, no solo
son provocados por los dueños, si no reforzados y premiados de manera
indirecta.
El perro es una animal, que siempre buscara la
estabilidad y el equilibrio. Es parte de la naturaleza. No existe aquel perro
que piense “…oh miren, me encanta ser el
viejo gruñón de la calle.” O bien “…miren
que bien, saben que conmigo no se juega porque yo no tengo humor para payasadas”.
Lamentablemente muchos perros chicos sufren de la
falta de atención e interés de los propietarios para buscar su estabilidad. ¿Por
qué la gente no entrena a los perros chicos?, ¿Por qué no vemos de manera
regular perros de razas pequeñas en eventos de obediencia?, ¿Por qué es más
fácil para muchos pensar que así vienen o ya no tienen remedio?
El comportamiento de nuestro perro en gran medida es
responsabilidad nuestra, y debemos de educarlo en la inteligencia que lo que
hagamos por su bienestar, tendrá también repercusiones favorables en nuestra
relación e interacción con él.
Si tenemos dos perros en casa de diferentes tamaños no hagamos las cosas distintas. Ambos merecen el mismo interés y la misma dedicación. Ellos se ven como canis familiaris....no tienen las etiquetas que nosotros les hemos puesto.
Rodrigo Salazar T.
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